Estación de Tren del Hogsmeade

Justin descendió del tren y una suave brisa lo envolvió. Inspiró profundamente, llenando sus pulmones de aquel mágico aire y observó a su alrededor. No había nadie cerca aunque distinguió la silueta de varias personas que se alejaban por un camino cercano a la estación. Sus padres le habían dicho que era tradición en Hogwarts cruzar el lago cercano al castillo antes de entrar en éste para la Selección. Como nunca había estado allí y tampoco veía a ningún profesor decidió seguir a los otros y si tenía oportunidad preguntarles.

Giró sobre sí mismo, hacia el vagón en el que iba y dudó sobre sí dejar o no allí su baúl, sin embargo hizo lo que su padre le había contado: - "El baúl podrás dejarlo en el tren, se encargarán de llevarlo a tu habitación." De modo que, tras una última mirada al tren, comenzó su camino hacia el colegio. Sabía que atrás dejaba la infancia y que ahora comenzaba un nuevo reto. No tenía miedo, pero un leve cosquilleo y peso en el estómago delataba sus nervios. No sólo esperaba con ansias la Selección de las Casas, a la cual se debía gran parte de su nerviosismo sino que lo que más temía era que por ahora no había conocido a nadie. La mayoría de sus amigos habían quedado atrás, en el mundo muggle. Pese a que su padre era mago, Justin no tenía ningún familiar de su edad que poseyera el mismo don que él. Ahora estaba sólo y no sabía cuánto tardaría en hacer amigos, si sería bueno en las clases o lo tratarían como a un marginado... Todas estas dudas se atropellaban en su mente mientras avanzaba hacia el lago.

Sin embargo, tras varios minutos durante los cuales no logró alcanzar a sus predecesores, esas dudas y miedos desaparecieron ante el mágico paisaje que apareció ante los ojos del joven mago. El imponente castillo, con la mayoría de sus luces encendidas se reflejaba en la cristalina agua del lago. Era una imagen preciosa, como irreal, utópica. Justin sonrió y se acercó a una de las barcas que se hallaban en la orilla. Se subió a una y de imprevisto ésta comenzó a cruzar sola el lago. El chico dio un respingo y sonrió.

- Este año va a ser increíble...