El Lago de Hogwarts

-No, es mas interesante lo que eh descubierto. Tus recuerdos fueron bastante poderosos como para esconderse de mí- Sonreí de oreja a oreja mientras la chica que estaba tirada exhausta me miraba con semblante de quien no cree lo que escucha.

-¿En serio piensas que tenia intenciones de detenerme?- Volví a sonreír y esta vez le tome de la mano, la levante y ayude para que no volviera a caer. Saque de mi bolsillo una especie de chocolate y se lo ofrecí.

-Come, ya veras que pronto te sentiras mejor- Seguía ayudandola a mantenerse en pie. -Supongo que es la primera vez que usan este hechizo contigo, tienes los sintomas del primeriso- Volví a sonreír y esta vez reí, que placentero era hurgar en las mentes de los demas... me ponia feliz.

Mi visión periferica me alerto de que otro joven estaba cerca de nosotros. Pude distinguir en su aura que se trataba de alguien "maduro".

Me encare hacia el chico, aun con mi brazo derecho apoyando el cuerpo de Reese.

-Necesitas ayuda para encontrar tu sala comun- Dije mientras mantenia la sonrisa, ese sentimiento de felicidad que me daba el valioso elixir de la curiosidad. Obviamente aquella frase no era una interrogante, si no una afirmación.

Gire mi cabeza hacia la izquierda en un intento de entender su lenguaje. Mire a Reese que aun comía su chocolate y también no entendía lo que hablaba. Mire fijamente al chico, di unos cuantos pasos y le toque la mano.
A mi mente vinierón las imagenes necesarias, el chico era un estudiante de intercambio y apenas y podía hablar nuestra lengua. Ademas era un mestizo y su padre se destacaba como trabajador magico de Lutiana
por desgracia su madre habia sufrido una tragica muerte

-Con gusto te ayudare a localizar tu sala comun, pero primero debemos esperar a que la dama se encuentre mejor-

Reese que aun saboreaba el extraño chocolate poco a poco se comenzaba a sentir mejor.
Fue entonces que recorde la pregunta del joven Ravenclaw, a lo cual dije como respuesta.

-El noble arte de la adivinación, no deberia de ser subestimado, como lo hacen todos-

Dije un poco molesto, pero aun así el dulce sabor de los recuerdos de Reese aun me alimentaban con una alegría incorregible.

Sin rechistar comía lentamente el bendito chocolate mientras me sostenía por el brazo derecho de Gabriel (oh si, porque si el osaba llamarme por mi nombre, yo le devolvía la misma moneda; pensé alegremente). Su buen humor me estaba contagiando y a la vez intrigando. Al parecer alegraba mucho a uno el hurgar en la mente de los otros, y quería probarlo próximamente.

-Qué bueno que hayas disfrutado tanto meterte en mi cabeza-dije a Gabriel mientras daba por terminado el chocolate. Luego miré al nuevo estudiante. Decidí concentrarme en él un poco, aprovechando que estaba en contacto con Gabriel para utilizar parte de su poder para la adivinación e indagar sobre el joven. Al parecer era nativo de Lituania y estaba perdido. Vaya descubrimiento.

-¿Habla español? ¿Can you speak english? ¿Spreche Sie deutsch?-le pregunté en español, inglés y alemán respectivamente.

Pude notar una hostilidad por parte del muchacho para con los alemanes.

-Nein, no soy alemana. Solo sé el idioma…-dije mientras fruncía el entrecejo ante su reacción ¿Por qué no le agradarían los alemanes? Miré de reojo a Gabriel con cara de “¿Tu sabes porque…?” pero no esperaba encontrar mucha respuesta, asique mejor preguntarlo de primera mano.

-¿Te incomoda que hable alemán?

-Te entiendo. Los nazis solo se comparan con los sangre pura anti-muggles. En todo caso, ambos grupos son repulsivos. Pero... No todos los alemanes son así; asi como no todos los "sangre pura" somos repugnantes.-dije mientras me encogía de hombros al igual que él. Me daba igual como reaccionara, ya que cabía la posibilidad de que él tambien fuera un fanático de la pureza de sangre, pero esa era mi opinion y no iva a cambiarla así porque sí.

Me permití sonreír yo también. Al parecer teníamos opiniones en común
.
-No, no creo que pase nada por eso. No tengo mucho tiempo por aquí, pero sé que aquí es mucha palabra y poca acción. Asique descuida. Umm…

Se me hacía familiar; tal vez algún pariente suyo había estad en Durmstrang o algo así.

-¿Qué haces en un lugar como este?

Ya veo. Así que era por pura cuestion laboral en Lietuva...¡Lituania! Anda, que talvez é podría enseñarme otro idioma mas, que tres son muy pocos.

-Ya veo...-escuché su última pregunta -Bueno... Algo así. Soy de Londres, pero he estudiado hasta ahora en Durmstrang... Larga historia. Mi padre era profesor de Artes Oscuras allí y eso. ¿Has estado en Durmstrang?

Asentí. El chico se tenía mucha estima, de eso no había duda. Sería interesante hablar con él.

-Sí, lo es. -respondí a su primera pregunta.

-Que interesante. ¿En que consiste tu "joven talento"?

Era hora de darme importancia a mí.

-Mi talento consiste en la Adivinación; mas precisamente en la precognición -luego miré a Gabriel- aunque él es superior a mí; pero de algo se empieza.-me encojí de hombros-además escribo novelas.